¿Alquilar o comprar?

Esta es una pregunta frecuente que surge cuando nos enfrentamos ante la posibilidad de realizar una inversión en vivienda. ¿Es una buena idea comprar o mejor alquilo?. Y es que el cuestionamiento es muy válido, pues como todo en la vida, cada una de ellas implica ventajas y desventajas. Si decido comprar tengo la certeza que el bien adquirido es mío o lo será en algún momento si la compra la financio a través de alguna institución financiera. Esa decisión me da un sentido de pertenencia e ilusión sobre el bien adquirido. Cada vez que tenga la oportunidad económica desearé mejorar ese bien debido a ese mismo sentido de pertenencia.

Adicionalmente, en el plazo como regla general (salvo algunas excepciones) las inversiones en bienes raíces tienden a aumentar su valor y en caso de decidir vender a futuro obtendré una rentabilidad sobre dicho activo. La contra parte de esta decisión es el hecho de que adquiero la responsabilidad del mantenimiento continuo del bien y me corresponde mantener los impuestos de ley al día, sean estos impuestos municipales, impuestos sobre las propiedades de lujo cuando corresponda y los seguros correspondientes.

Si me decisión es el de alquilar evito estar pensando en los pagos anteriormente mencionados, y mi obligación se limitará únicamente a cumplir con el pago del alquiler, así mismo tengo la facilidad de trasladarme de lugar a otro en caso de requerirlo; facilidad que no tengo al ser propietario de una vivienda. Por otro lado, dicho pago es un gasto puro sin la ilusión de que dicho bien algún día será de mi propiedad y por supuesto no existe ninguna oportunidad de retorno financiero.